Nuestra piel no sale de vacaciones

Cuidémosla del sol

28 diciembre 2017

Uso de protector solar, sombrero de ala ancha, anteojos, ropa larga de tonos oscuros e idealmente de telas que filtren los rayos UV.

“Arena, playa, mar azul” es el título de una canción que grafica lo que es para muchos el verano, donde el aire libre juega un rol fundamental y el buen tiempo es parte del descanso familiar. Pero en este atractivo panorama no podemos dejar de llevar en nuestra maleta los diferentes protectores que utilizaremos para cuidar nuestra piel de los filtros UV durante estas vacaciones teniendo en cuenta que la exposición prolongada al sol puede generar cáncer de piel, quemaduras, irritación, manchas y envejecimiento prematuro de la piel.

Aunque la preocupación por no exponernos al sol debe estar presente todo el año, en verano hay que extremar los cuidados, destaca el doctor Sergio Niklitschek, dermatólogo de Clínica Puerto Varas.UVB, sino que también con protección UVA. En el caso de los adultos recomienda el uso de protectores solares con buenas propiedades cosméticas, que no sean grasosos y que sean agradables de aplicar”.

Respecto a los factores solares que se deben utilizar y teniendo en cuenta la amplia oferta que ofrece el mercado, el doctor recomienda que éstos deben ser efectivos y cosméticamente aceptables. “Es bueno preferir los de amplio espectro, que no solo cuentan con protección

En aquellas personas con tendencia al acné y con piel grasa, Niklitschek recomienda el uso de bloqueador en gel y en personas que sufren de alguna enfermedad a la piel, consultar con su dermatólogo en relación al producto específico que requieren.

Agrega que “en el caso pieles morenas, podría ser suficiente un factor 30, pero personas de piel clara, que tomen medicamentos fotosensibilizantes, con patologías fotosensibles o con antecedente de cáncer de piel, es mejor preferir protectores 50+”.

Respecto a los niños, explica el especialista que la mayor parte del daño solar se produce en la niñez y la adolescencia, por eso es tan importante educar en lo necesario que es protegerse desde la infancia. “Todo menor de seis meses debe evitar la exposición al sol y en estas edades no se utilizan filtros solares. Entre los 6 meses y los 2 años se pueden utilizar filtros físicos (pantallas minerales), que actúan como una barrera física y son hipoalergénicos y en niños mayores se pueden utilizar filtros químicos u orgánicos, que en general tienen mejores propiedades cosméticas y son más agradables de usar”.

El Doctor Niklitschek, advierte que en los los días nublados tampoco se deben abandonar los cuidados. “Se sabe que las nubes logran filtrar solo una parte de los rayos ultravioleta, por lo que la protección se debe mantener igual”.

En cuanto a las medidas que hay que tomar en caso de quemaduras, el profesional recomienda que “cuando la piel ya sufrió una quemadura solar y está roja e inflamada, se pueden utilizar compresas frías en la zona afectada, beber abundante agua, controlar la temperatura corporal, tomar algún analgésico o antipirético (si no hay contraindicaciones) y lubricar la piel. En una quemadura extensa, que es más profunda o requiere de curación, es necesario consultar a un médico. Se recomienda también acudir al servicio de urgencia si existen síntomas asociados como fiebre, náuseas, vómitos, decaimiento, dolores musculares, fatiga o mucho dolor en la piel”, concluye.

Factores de riesgo para el cáncer a la piel:

∙ Antecedente personal de cáncer de piel, especialmente del tipo melanoma. También si algún familiar hasta segundo grado (padre y hermanos) ha tenido cáncer de piel de tipo melanoma.

∙ Tener un alto número de lunares en todo el cuerpo, más de 50, también es un factor de riesgo, lo mismo si se tienen lunares atípicos (ver método de reconocimiento ABCDE). *

∙ Historia de quemaduras solares severas, esto es, enrojecimiento de la piel y ampollas. A mayor extensión de la superficie, mayor daño.

∙ Tener piel, pelo y ojos claros también confiere un riesgo más elevado.

REGLA DEL ABCDE

La Regla del ABCDE permite evaluar si un determinado lunar tiene riesgo de ser un melanoma (cáncer de piel o lunar canceroso). La Regla del ABCDE es un acrónimo que evalúa diferentes características de los lunares.

A: Asimetrías

Los lunares benignos son generalmente simétricos. Una lesión asimétrica debe hacer sospechar un melanoma.

B: Bordes irregulares

Los lunares benignos generalmente tienen bordes lisos, bien delimitados. Una lesión con bordes irregulares y difíciles de delimitar es sugerente de melanoma.

C: Color

Los lunares benignos son generalmente de un solo color. Una lesión con presencia de más de un color (azul, negro, café, beige, rojo, blanco, etc) o que tenga una distribución desigual de colores debe hacer sospechar un melanoma.

D: Diámetro

Los lunares benignos tienen por lo general un diámetro menor a los malignos. Una lesión con un diámetro igual o mayor a 6 mm debe hacer sospechar un melanoma.

E: Evolución

La evolución es el punto más relevante de la Regla del ABDCE. Los lunares benignos, habitualmente conservan su aspecto a lo largo del tiempo. Una lesión que cambie en el tiempo, ya sea de tamaño, forma, color, elevación u otro rasgo, o cualquier nuevo síntoma como el sangrado, picazón o formación de costras debe hacer sospechar un melanoma.

Ante cualquiera de estas cinco observaciones se sugiere consultar con el dermatólogo.