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Carolina Sepúlveda
En mi chequeo anual del año pasado. Por la pandemia, demoré en encontrar horas para los exámenes. Primero me hice la mamografía y luego la Eco mamaria, fue esta última la que mostró hallazgo de carácter sospechoso. Llegue a la consulta del Dr. Fernando Orellana, Cirujano en Mamas y en septiembre, la Biopsia confirmaría el diagnóstico de cáncer en mama derecha, etapa 2 luminal B, con compromiso de ganglios, hormonal y Her2 positivo.
Uff… Giró mi vida en 360°, no me lo esperaba ya que desde el 2008 me estaba controlando rigurosamente por unas microcalcificaciones en la mama izquierda, con resultados siempre benignos, entonces estaba segura de que todo andaría bien. Además, no tenía antecedentes de Cáncer de Mama en mi familia.
Al principio me parecía una eternidad. Como mínimo el tratamiento duraría un año me dijeron. Me sentí estar frente al Everest sin saber si iba a poder subirlo o no.
En la misma Clínica me activaron el GES, esto fue un gran apoyo de la mano de Marlene Gallardo y Romina de GES -CAEC, en la coordinación de trámites y todo lo relacionado al tratamiento. Uno no tiene cabeza para todo lo que se avecina y menos para los trámites.
Pasé por una cirugía y quimios para poder tener una biopsia 100% limpia, tuve un 100% de respuesta al tratamiento. Posteriormente, me trasladé a Valdivia, para recibir la radioterapia. Durante la radioterapia no tuve problemas, fue cuando ya estaba devuelta en mi casa cuando comencé con molestias en mi brazo, por lo que tuve que asistir a varias sesiones de Kinesiología.
Lo más difícil primero es aceptar el diagnóstico, es fuerte, yo me sentía sana y de un día para otro me dicen que tengo Cáncer y todo se derrumba. Pensaba en mi familia, especialmente en mi Mamá, en la pena que sentiría; en todas las cosas que me faltaban por hacer, en el tratamiento que me iba a dejar en el suelo, en fin.
Las preguntas durante los diferentes procesos son millones desde si el tratamiento será efectivo hasta si los mismo funcionarían, es en esta última es donde buscar apoyo, es fundamental. Entender que no tenemos cómo saber si el tratamiento funcionará o no, sólo manteniendo nuestros controles, tomando los medicamentos y tratar de mantener una vida sana que ayuden a minimizar los riesgos.
Todo este proceso no hubiera sido de la misma manera gracias al apoyo que la Clínica entrega, desde una cara amiga como es Marlene Gallardo de GES-GAC, quien te ayuda con los trámites para activarlo y que te permiten poder solventar la enfermedad desde un prisma económico, hasta el Dr. Fernando Orellana y la Dr. Natalia Valencia, Zayra Bustamante, enfermera de quimioterapia y todas las áreas por las que uno debe pasar. Esto siempre con un cariño, calidez y profesionalismo.
En la actualidad Carolina se encuentra próxima a regresar a su trabajo, esto sin dejar su tratamiento y controles médicos. “Dentro de todo soy muy afortunada, pude detectarlo a tiempo y acceder al tratamiento aquí mismo en Puerto Varas”
