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Queremos compartir con ustedes algunas recomendaciones que pueden ser de utilidad para el manejo de reacciones en el ámbito de la salud mental.
Felipe Martínez R.
Nuestro sicólogo Felipe Martínez Rodríguez, formado en la Pontificia Universidad Católica, nos ayuda a identificar los posibles problemas para saber cuándo, cómo y qué hacer.
Lo primero que es importante considerar:
Es NORMAL que en situaciones desconocidas, amenazantes y de difícil manejo como la que nos convoca, reaccionemos con emociones como temor, rabia y desconcierto.
Es NECESARIO reconocer tempranamente cuándo estas reacciones dejan de ser normales y constituyen el aviso de un posible trastorno mental.
Para esto es necesario prestar atención a alteraciones y cambios anormales y constantes en su conducta que estén presentes por un período superior a una semana, tales como:
Si la persona tiene antecedentes de tratamientos de salud mental recientes y sospecha del surgimiento de síntomas similares, consulte con el profesional que la trató antes u otro.
De igual forma, es aconsejable desarrollar conductas de autocuidado para evitar el desarrollo de cuadros de salud mental de tipo ansioso, depresivo o de otra índole.
Para disminuir la ansiedad o incertidumbre frente a la posibilidad de tener que realizar una cuarentena preventiva u obligatoria, se recomienda establecer previamente un plan de acción personal o familiar.
En este plan se deben definir los pasos y roles a seguir, como por ejemplo identificar quiénes son las personas de mayor riesgo en el entorno familiar, de modo tal que puedan ser rápidamente protegidas cuando sea necesario. Definir quiénes van a cooperar frente a la necesidad de contacto exterior, de manera de que sean ellos quienes aseguren al grupo familiar el tener los víveres necesarios para el tiempo que se requiera; entre otras acciones.
La gran cantidad de información circulante en las redes sociales y medios de comunicación deben ser adecuadamente filtradas, ya que de lo contrario desinforma y provoca reacciones de inseguridad y confusión.
Se aconseja no estar permanentemente expuesto a esta información sino escoger horas o momentos específicos del día para informarse; en lo posible utilizar fuentes validadas a nivel internacional o nacional como la OMS o el Colegio Médico de Chile. Cuando pienso que tengo una información valiosa pero de dudosa procedencia, verificar su validación en fuentes o personas validadas antes de difundirlas como verdad, ya que esto puede generar falsas alarmas, contradicciones y contribuir al desarrollo de malestar en la población.
Estar en permanente conocimiento de las indicaciones y protocolos entregados por las autoridades directas de mi área o comunidad. Frente a posibles dudas u observaciones, buscar los medios o canales establecidos para aportar o consultar a las personas que corresponda.
Procurar mantener activas mis redes y contactos sociales significativos, ya sean amistades, familia o compañeros de trabajo.
Estar dispuesto a escuchar o apoyar a otros cuando sea necesario.
Estar dispuesto a pedir ayuda cuando crea que lo necesito.
Evitar aislarse o tratar de enfrentar solos reacciones o sensaciones de tipo ansioso y/o depresivo, como las descritas anteriormente. El comunicar y hablar de lo que a uno le ocurre ayuda a prevenir.
Procura el autocuidado a través de la alimentación apropiada y el buen uso de los tiempos de descanso. Evita el aislamiento social (comunicacional) y la sobreexposición a la información. Es necesario desconectarse del celular para tener un descanso de calidad y tiempo adecuado.
El aplicar estas indicaciones y difundir estas medidas permitirá disminuir la aparición de síntomas psicológicos o al menos ayudará a atender tempranamente estos síntomas cuando ellos aparezcan.
Si cree que usted, un amigo o alguien de su grupo familiar necesita atención sicológica o psiquiátrica, agende una hora de inmediato con el profesional de su preferencia.